El último

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Hace un par de semanas murió el último de los tripulantes del Enola Gay, leí algunas críticas extrañas y otras cosas que la verdad no vale la pena mencionar. Leí también que este hombre del cual no diré su nombre, sufrió mucho al pensar que fue uno de los responsables en acabar con la vida de miles. A decir verdad no creo que debiera sentirse mal de nada. Creo que cuando un hombre se vuelve militar sabe que debe asesinar y seguir caminando. Hace muchos años leí una entrevista que le hicieron a un capitán de los Green Berets y se me quedó grabada una respuesta muy clara y concisa: “cuando una vez uno de mis hombres se acercó a mí y me preguntó qué hacer si le quitaba la vida a alguien, lo único que pude decirle fue que no importa nada, es parte de tu trabajo, deber olvidarlo y seguir con tu misión”.

Somos románticos todos, tan románticos que cuando en la calle vemos a una persona necesitada, en verdad sólo teniendo el corazón frío, podemos voltearle la cara. Otras veces, las más, no podemos ir por el mundo ayudando a todo el que cruce por nuestro camino. El tripulante del Enola Gay hizo su trabajo, así de fácil, nada que lamentar. Sobrevoló destruyó todo y continuó con su ondeo entre las olas del viento allá arriba.

Sin nostalgia, dijo Derrida hace ya varios años, es decir, sin llorar… Siempre tendremos cosas de que arrepentirnos, yo las tengo por montones. Pero no pasa nada. Seguimos el camino que nos toca, esa parte delicada y áspera de la vida. Además seamos un poco sinceros. Nadie nos puede decir si el día de mañana no terminares como mendigos a la orilla de la banqueta compartiendo la comida con otra vieja llena de larvas.

Destruir no es algo de lo cual deba uno arrepentirse. Al final también nacemos para eso. Pero tampoco tenemos que andar por la vida lloriqueando nuestro sufrimiento. Conozco a tantos que se nutren de la energía y el tiempo de los otros, que se dicen traumados por la infancia o porque simplemente les pesa la vida… qué risa… soy depresivo, dicen… te felicito, les contesto. Otros se basan en su supuesta depresión para escribir y contar con el arropo de todos… sufro por eso escribo así… esos son las más miserables rondan por la vida victimizados, sintiéndose tocados por los dioses. Si los comparamos con éstos hombres que han cambiado al mundo de un solo tajo, qué decir.

Los tripulantes de Enola Gay ya perecieron, pasaron a la historia y nadie puede negarlo, me gustaría saber qué piensa del otro lado del mundo un japonés acerca de esto, un sobreviviente que aún lleve las marcas de radiación sobre la piel resaca que cubre su cuerpo.

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