La historia del pensamiento filosófico francés se mantiene viva gracias a personajes como Jacques Attali (Argelia, 1943), economista, teórico y asesor político que hasta la fecha se mantiene activo por el vasto análisis que hace de la tragedia económica que acecha a occidente, vapuleado no sólo por la pandemia sino por el nacionalismo de extrema derecha, la religión representada por el islamismo, además del resurgir del populismo. Attali es mejor conocido por haber colaborado como asesor de cabecera para el ex presidente de Francia, François Mitterrand de 1981 a 1991;
una década inolvidable para la política occidental que vivió la caída del Muro de Berlín y en la cual se sembró la semilla del proyecto político de la Unión Europea.
Jacques Attali fundó y presidió en 1991 la Banca Europea para la Reconstrucción y el Desarrollo, con sede en Londres, organismo responsable de fortalecer a las economías comunistas luego del caída del muro alemán. Además de su trabajo como economista y pensador de la sociedad contemporánea, Attali ha colaborado como asesor externo para los presidentes posteriores a Mitterrand, de Jacques Chirac a Emmanuel Macron, este último por cierto llama mentor al estructurado pensador francés.
Una de las grandes premisas conceptuales de Attali para lograr el bienestar mundial radica en la creación de una “Economía altruista”, fundamentada en el beneficio tanto de los ciudadanos del presente como de las generaciones venideras. Las palabras del pensador francés, aunque idealistas, hacen una fuerte crítica a la solidaridad política de las naciones. La presencia de Attali en México, de forma virtual, se debió a su participación en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en el marco del conversatorio El nuevo (des)orden post viral II, en la charla Hacia un nuevo modelo económico en tiempos del coronavirus y el resurgimiento del populismo. Tuve la oportunidad de conversar con él, quien ahondó en el papel que juega el pasado para entender el futuro político.
“Los ganadores a corto plazo son los millonarios de los países desarrollados que, en este momento, están haciendo dinero a través de la tecnología de punta o con la especulación económica. En este sentido, vislumbrar quiénes serán los ganadores a la larga aún es complejo. Concentrémonos mejor en quiénes son los perdedores en la actualidad. En primera instancia, los pobres serán los más afectados, por desgracia, serán aún más pobres debido a la pandemia. Los índices de pobreza se mantienen y se mantendrán al alza; y vale la pena sumar a la clase media como la gran perdedora porque ha dado un paso hacia el proletariado. En términos de países, los grandes ganadores son los países asiáticos y por contraparte los países latinoamericanos son los perdedores, incluido Estados Unidos, al igual que algunas naciones europeas. Temo decirlo, pero a la larga, la humanidad será la gran perdedora si no actuamos de manera global para el beneficio de las generaciones venideras. Tenemos que actuar de forma altruista hacia nosotros mismos incluido el mundo animal. Creo que debemos poner en marcha un “altruismo racional” como llamo a un egoísmo a favor del cuidado de la humanidad”.
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