La editorial española Páginas de espuma recientemente fue reconocida con el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2019, en España; galardón que distingue la ardua labor de Encarnación Molina y Juan Casamayor, a lo largo de 20 años ininterrumpidos de trabajo que hoy rinde frutos y elimina las fronteras literarias entre continentes
HUGO ALFREDO HINOJOSA
Para mantener con vida una editorial independiente se necesita una pasión desmedida que trascienda a la palabra impresa, a los sueños en todo caso. Las gestiones de presupuestos y los derechos de autor, la distribución y la apuesta editorial misma, son tópicos que pueden llevar al fracaso un proyecto literario que pretenda dar a conocer nuevas voces (o rescatar a escritores olvidados), cosmovisiones y vanguardias literarias para este nuevo siglo. A lo largo de 20 años, la editorial española Páginas de espuma se ha encargado de acercar a los lectores al mundo del cuento, esa síntesis de universos imaginativos que se abren paso en el mercado editorial hispanoamericano.
Durante este largo periplo en el universo literario, tanto Juan Casamayor como Encarnación Molina, tuvieron claro al fundar el sello editorial que apostarían por la literatura de calidad, por supuesto, sobre todo por el cuento como el género abanderado de la editorial para hacer frente al mercado predominante de la novela por encima de otra literatura.
Páginas de espuma es un proyecto que podríamos equiparar con el de Harriet Monroe y su revista Poetry, un parteaguas en la manera de percibir el mercado literario a principios del siglo XX en Estados Unidos, plataforma que publicó en sus páginas, abiertas a todo público lector y con aspiraciones literarias, a poetas históricos como T.S. Eliot, Ezra Pound, Langston Hughes y John Ashberry, voces que forman parte de la literatura universal.
En este sentido la editorial concentra a las voces fundamentales de la narrativa contemporánea de Hispanoamérica como Jorge Volpi, Socorro Venegas, Enrique Serna y Samanta Schweblin, entre otras.
Tuvimos la oportunidad de conversar con Juan Casamayor durante su visita a la Ciudad de México, región fundamental de este proyecto editorial que conquista el mercado en ambos lados del Atlántico, con el objetivo de descubrir nuevas voces que enriquezcan el catálogo. Casamayor rompe con el estereotipo del editor sobrado, es un hombre sencillo que escucha, atiende y tiene una claridad con respecto a su labor como lector profesional. El editor arriba en México para celebrar las primeras dos décadas Paginas de espuma, un sello como pocos ocupado también en la compleja labor de crear lectores, de ir a las escuelas y dialogar con los jóvenes sobre la literatura contemporánea, el futuro está en esas aulas donde el papel aún puede triunfar por encima de la palabra digital.