The Hurt Locker

La guerra es simplemente una manera de vivir en este mundo, todo así, existe, está aunque la gran mayoría de quienes habitamos este mundo lo neguemos. No se trata de apologías ahora… se trata de formas de vislumbrar la naturaleza humana.

En los noventa algunas películas de guerra como Shindler’s List, Saving Private Ryan y The Thin Red Line impactaron a una nueva generación de cineastas y espectadores. Ya entrando al nuevo siglo The pianist conmovió sin más a la par con The Donwfall hasta llegar a Inglorious Basterds (la menos lograda, lo siento, hablar de esta película no es el caso). Pero ninguna de éstas se equipara con Apocalypse Now o Paths of Glory, de Coppola y Kubrick, quizá, por qué no decirlo sólo el filme de Terrence Malick logra capturar el mismo sentimiento solipsista de los directores antes mencionados.

The Hurt Locker de Kathryn Bigelow, rechazando todo acto patriota (de la clásica cinematografía de EEUU), logra dar vida a una cinta que nada tiene que ver con el soldado glorioso y libre de pecados. Este es un film donde sólo se potencia el sentimiento solitario de hombres sumergidos en medio de batallas inexistentes. Nada que ver con la defensa de la política liberal de ese país tan conocido por todos, y que se hunde en la pobreza día con día sin querer abandonar la batuta del salvador del universo. Qué valorar: la buena dirección, el excelente guión a cargo de Mark Boal; las inexistentes menciones de Al-Qaeda y el terrorismo; la fuerza del miedo a la muerte que podemos sentir todos (más unos hombres en medio de la nada); que una mujer, por fin, haya dirigido una película que versa sobre la guerra mejor que cualquier hombre de su generación. A mi parecer hacen falta más mujeres directoras y escritoras que pierdan el miedo a tocar todo tipo de temas, a vencer el caro y velado machismo que, aclaremos, no siempre presente, también utilizan bastantes escritoras para escapar a la crítica y a la confrontación de su obra. Así en todo.

Las actuaciones son más que excelentes y cuentan las historias de un grupo de soldados que van por el desierto desactivando bombas; dicho esto pueden imaginar los momentos de tensión que se logran gracias a la trama y al buen manejo de la cámara (película no apta para quienes se marean con movimientos subjetivos repentinos). Seré franco y no diré nada más de este filme, en realidad, cuando algo logra vencerme como este filme, no sé qué opinar; pero tampoco deseo caer en la clásica y mediocre crítica de algunos fracasados cineastas que sólo publican en revistas literarias… no. Digo lo siguiente: este filme vale la pena verlo sobre todo por la fuerza de su lenguaje y lo que despierta en el espectador. Y para contrastar la triste realidad de ver que, en este país, mientras exista miopía no podrán crearse cintas como éstas: sinceras, fuertes y sin falsas y ostentosas aspiraciones. No todo el cine mexicano debe llenarse de escenas donde predomina: “Vete a la chingada, we”, “no mames”, “puta madre, we”, “yo si te parto tu madre, we”; además de los rostros de siempre y los desnudos obligatorios… actores de cabello largo y con la barba a medio crecer… en México hay miles de temas que tratar, no todo es el centro del país. Aprovéchense de la fama del narcotráfico, ahora otra vez mundial, gracias al nuevo premio de Juan Villoro… ahora nadie dirá que no es chic hablar del narco… ni se criticará a los norteños (¿no que había temas más interesantes… que ese vulgar tema naco?) Pobre Jesús Blancornelas ese verdadero conocedor del tópico quedó en el olvido… Por fin los “conocedores críticos y exquisitos” de este sagrado país comprenderán que fuera del centro, todos los días, se combate… Aunque incomode hay bastante que aprender del cine estadounidense… y de nuestra identidad como mexicanos…

Kathryn Bigelow merece el OSCAR al mejor director, demostró sin problemas una gran capacidad creativa, es una excelente contadora de historias que, como todo un gran creador, recurre a la herramienta más básica del arte: la naturaleza humana. Por supuesto, no ganará… esperemos que sí… y que vengan más mujeres con tremendos pantalones como esta directora. Creo que este es el año del romanticismo y la tecnología, por tanto esta cinta pasará pronto al olvido por muchos…


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